miércoles, 11 de junio de 2008

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clase de hoy 11.JUNIO.

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lunes, 9 de junio de 2008

La conciencia moral

La conciencia moral consciente en el conocimiento que tenemos o debemos tener las normas o reglas morales; es la facultad que nos permite darnos cuenta si nuestra conducta moral es o no es valiosa. Existen dos posiciones fundamentales que explican la naturaleza de la conciencia moral: la innatista y la empírica.

La posición innatista afirma que la conciencia nace con el individuo, es una capacidad propia de la naturaleza del humana. Se afirma, por ejemplo, que la capacidad para juzgar lo bueno y lo malo de una conducta es un don divino, o, es un producto propio de la razón humana, la misma que descubre a priori el sentido del bien y del mal.

La posición empírica sostiene que la conciencia moral es resultado de la experiencia, es decir, de las exigencias o mandatos de la familia, de la educación o del medio sociocultural en general, por lo que, las ideas morales son de naturaleza social, están determinadas por las condiciones materiales de existencia.

Conciencia Psicológica
Con el fin de aclarar el concepto de la conciencia psicológica nos serviremos de nuestra experiencia diaria. Observamos, por ejemplo, una puesta de sol. Una serie de sensaciones, de percepciones, de im�genes, de recuerdos, de afectos nos invaden. Nos sentimos felices. Todo esto constituye en ese momento nuestra conciencia psicológica. Podemos, pues, leg�timamente, decir que la conciencia psicológica es un conjunto de experiencias ps�quicas inmediatas y actuales que en un cierto momento aprehendemos de nuestro yo.

Diferenciaciones
La conciencia moral tiene una definición muy antigua y que es usada en forma muy general. "Es el juicio inmediato y práctico sobre el carácter moral de nues­tras acciones". Este hecho de ser un juicio inmediato de la experiencia es lo que constituye la médula de la Etica.



La conducta obligatoria
La conducta moral es una conducta obligatoria conforme al deber, es decir, el individuo se haya obligado a comportarse de acuerdo a una regla o norma de acción y a evitar los actos prohibidos por ella. La obligatoriedad moral impone deberes al sujeto. Toda norma establece un deber.

El carácter social de la obligación moral, viene dado por las siguientes razones: en primer lugar, existe obligatoriedad moral para un individuo cuando sus decisiones y sus actos afectan a los demás, o a la sociedad entera; en segundo lugar, lo obligatorio de un acto no es algo que el individuo establece, sino que lo encuentra ya establecido, en una sociedad dada u en tercer lugar, las normas morales, no son modificadas por cada individuo, sino que cambian de una sociedad a otra; por tanto el individuo decide y actúa en el marco de una obligatoriedad dada socialmente.

Formación Moral.

La formación moral es un aspecto complejo, puesto que es el proceso por el cual entregamos los aspectos calóricos y formativos que regirán la conducta de los sujetos.

Este proceso, como se ha visto, comienza en una etapa de la niñez, a medida que se va desarrollando la capacidad de razonar del ser humano.

La formación morale entrega pautas y normas a respetar, así como también la negatividad de no hacerlo, asociado con los castigos y culpas de no respetarlas.

Las normas morales no se pueden cambiar por una personas, están ahí, y hay que asumirlas y respetarlas.

Si no se comparten, la única forma de evitarla es trasladarse de un grupo social a otro, o de una cultura a otra.

Cada sujeto, individualmente, no cambia una norma moral.

La formación moral es entonces responsabilidad de la sociedad, de la cultura determinada y de sus componentes.

Aquí es que identificamos a los agentes de formación moral que participan en nuestro sociedad.

Quienes son agentes de formación moral?
Familia
Padres
Colegio
Pares
Sociedad.

Como se entrega esta formación?

Estructuradamente
NO se nota
De generación en generación
A base del castigo

Que se enseña?

Lo que este grupo específico entiendo por bueno y por malo
Valores universales
Castigos.

EJERCICIO
Identifique agentes de formación moral que existen a su alrededor, explicando la forma y el contenido entregado.

Desarrollo Moral

Los valores morales no sólo dependen de factores de personalidad y de influencias culturales, sino que también dependen del desarrollo cognoscitivo. La regla “no hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti”, liga el desarrollo moral al desarrollo cognoscitivo, ya que nos exige ponernos en el lugar del otro para imaginarnos como se podría sentir la otra persona. Para los niños en la etapa en que son muy egocéntricos es difícil seguir esta regla.

Jean Piaget (1932), Lawrence Kohlberg (1976) y Selman (1979), son los teóricos que más han estudiado el tema del desarrollo del razonamiento moral, sin embargo los más influyentes son los dos primeros. A partir de las críticas que se le hicieron a Kohlberg por su concepción del desarrollo moral en mujeres, es que surge el autor, C. Gilligan (1982), y hace un gran aporte al desarrollo de la conciencia moral, con sus estudios sobre las diferencias que existían en este ámbito entre hombres y mujeres.

Tanto Piaget como Kohlberg sostienen que los niños no pueden emitir juicios morales sólidos hasta que alcanzan un nivel suficientemente alto de madurez cognoscitiva como para ver las cosas como las vería otra persona.

1. Jean Piaget

El razonamiento moral se desarrolla en dos etapas que coinciden con la etapa preoperacional y de operaciones concretas del desarrollo cognoscitivo. Su objetivo no es estudiar qué es la moralidad, sino cómo se desarrolla. No le interesa los juicios morales que emite el sujeto, sino que cómo es que éstos se originan. Para dicho estudio usa el método de la observación, y ve cual es la actitud de los niños frente a los otros, cómo practica las reglas, y cuál es la conciencia que tiene de ellas.

Se dio cuenta que existe una gran diferencia entre lo que uno ve hacer al niño en la práctica, y lo que hay en su conciencia. Concluye que para el desarrollo moral lo fundamental es la acción cotidiana con los otros. Este desarrollo moral se va dando gracias a que el niño va experimentando la vida con los demás.


Primera etapa ¨ “Moralidad de la prohibición”, también se la llama “ “Moralidad Heterónoma” o de cohibición.

En esta etpa los niños tienen una idea estricta sobre los conceptos morales. El niño es egocéntrico por lo que sólo puede tener una forma de ver un asunto moral.

El niño cree que las reglas no pueden ser cambiadas, la conducta es correcta o incorrecta, y cualquier ofensa merece un castigo severo, a menos que él sea el ofensor. La obediencia es absoluta, y las cosas se siguen al pie de la letra, no hay excepción a la regla. El respeto es vivido unilateralmente, hacia un lado, el más chico respeta al mas grande, el con menos poder, al con más poder. Esta etapa coincide con la etapa preoperacional.

Segunda etapa ¨ “Moralidad de cooperación”, también se la llama “Moralidad autónoma”
.
Se caracteriza por la flexibilidad moral, el niño piensa menos egocéntricamente. Se contemplan las intenciones detrás de las acciones. Las reglas son transformadas de acuerdo a las necesidades, y la obediencia se da en el consenso.

Aquí el respeto es mutuo, hay un sentimiento de cooperación con el otro. Faltarle el respeto al otro es faltármelo a mi también. Ahora el niño entra en contacto con distintos puntos de vista, muchos de los cuales se contradicen con lo aprendido.

Concluye que no existe un patrón de moral absoluto o inmodificable, sino que la gente puede formular sus propios códigos de correcto o incorrecto. Se puede tener en cuenta la intención que existe detrás de la conducta y aplicar el castigo de manera asertiva, es decir hay relación entre el delito y el castigo, se toman en cuenta las circunstancias.

El niño ya está en vías de formular su propio código moral. Coincide con la etapa de operaciones concretas.

Los juicios morales inmaduros se centran solamente en el grado de la falta, los juicios más maduros consideran la intención, p/ej frente a la siguiente situación:

“Hay dos niños, uno está en el escritorio de su padre y se da cuenta que la lapicera de éste le falta tinta e intenta llenársela.

Al hacerlo se le da vuelta todo el frasco sobre la mesa.
El otro niño también está frente al escritorio de su padre, ve el frasco de tinta y se pone a jugar con el, manchando finalmente la mesa, pero menos que el primero “.

Aquí se le pide a un niño de determine cual de los dos es más culpable, y el niño responde que aquél que se le dio vuelta todo el frasco de tinta sobre el escritorio.









Teoría de A. P. Selman

Según este autor, el desarrollo moral está ligado al desempeño de un papel (asumir el punto de vista de otra persona). Selman define la moralidad como la capacidad para considerar el bienestar de otras personas. Es un concepto mas relacional de la moralidad, para él la moralidad es la "ética de las relaciones", p/ej un niño de 5 años, entiende la relación con su amigo igual que uno de 7 años?.

Estudia como se sitúa el niño frente al otro, la perspectiva que tiene. Selman se preocupa de describir como ve el niño las relaciones a través del tiempo. Por lo tanto, un aumento en la capacidad para imaginar cómo piensa y siente otra persona, se relacionaría con la capacidad para formular juicios morales. La teoría de Selman está fuertemente influida por Piaget.

Para explicar el desarrollo del juicio moral, describe 5 etapas, que dicen relación al momento de estructuración en que se encuentra el niño.


Etapa “O”¨ aproximadamente de 4 a 6 años. Aquí el niño es egocéntrico, piensa que su punto de vista es el único posible, y juzga de acuerdo a esta creencia. No hay una diferencia sustancial entre el y el otro, p/ej si yo tengo frío, el otro también tiene, no entienden que existe una subjetividad propia y otra ajena. Por eso, si una niñita le ha prometido a su mamá no subirse al árbol, y ve a un gato arriba de éste, no verá ningún problema en subirse porque a ella le gustan los gatos y quiere salvarlo. El otro es una prolongación de ella

Etapa “1”¨ aproximadamente de 6 a 8 años. Aquí los niños se dan cuenta que los otros pueden interpretar una situación de manera diferente. Siguiendo el ejemplo anterior, si el Papá sabe que se subió al árbol se enojará, pero si sabe porqué lo hizo, se alegrará.

Aquí el niño ya se da cuenta de la importancia de la intención, y que el punto de vista del Papá puede ser diferente. Eso sí no entiende que el otro pueda tener contradicciones entre el deseo y la conducta. Las cosas son buenas o malas.

Etapa “2” aproximadamente de 8 a 10 años. Aquí el niño desarrolla lo que se llama “conciencia recíproca”. Lo que yo hago tiene una consecuencia sobre mí, comienza a tener la capacidad de empatizar. Ve su subjetividad como diferente de la del otro, comienza el niño a resolver sus conflictos de manera dialogada, p/ej si el otro está enojado piensa que le puede estar pasando y no llega a pegarle así no mas. Es decir, no sólo sabe que los otros tienen otros puntos de vista, sino también que saben que ella (niña) tiene su punto de vista particular. Sabe que además de contarle a su mamá sobre el gato tiene que decirle que no olvidó la
promesa de no subirse al árbol.

Etapa “3” aproximadamente de 10 a 12 años. Ahora los niños pueden imaginar la perspectiva de una tercera persona, tomando en cuenta varios puntos de vista diferentes.

Experimenta un sentimiento de mutualidad, el joven puede coordinar su perspectiva con la del otro, y con la de un tercero.
Por ejemplo, si un hombre necesita un medicamento para la salud de su esposa, y como no tiene plata lo roba, el niño piensa que si el juez escucha su historia, entenderá sus motivos, y lo dejará libre.

Etapa “4” esta etapa ocurre en la adolescencia y post adolescencia. El joven se da cuenta de que ponerse en el lugar de otras personas no siempre resuelve el problema. Acepta que algunos valores opuestos no pueden ser comunicados. Tomando el mismo ejemplo de la etapa “3”, veríamos que el juez a pesar de escuchar el relato, y que le parezca buena la excusa, no puede dejarlo libre ya que no puede excusar el robo, es decir tiene que respaldar la ley.

El juicio moral

Introducción

El interés por el comportamiento ético y el desarrollo moral de las personas se manifiesta de manera creciente en diversos ámbitos de la esfera social. Entre ellos, se ha resaltado con mucha frecuencia el carácter moral de la educación y la necesidad de que las instituciones escolares promueva más eficazmente la educación moral o la formación de determinados valores en los alumnos de todos los niveles educativos. En general, en la acción educativa se ha puesto mayor atención al desarrollo moral y a la formación de valores de los estudiantes.

La conciencia moral, corno juez de nuestros actos, sólo puede darse cuando éstos son actos humanos voluntarios, o sea los actos en los que ha intervenido la libertad de acción. No puede haber un juicio de conciencia cuando los actos efectuados han sido obligados por una autoridad o por una acción coercitiva de agentes extraños a nosotros mismos. Se podría poner con ejemplo la acción de un soldado en tiempo de guerra En la actividad profesional a veces se toman decisiones por obligación o por seguir esquemas o sistemas preestablecidos, que muy poca libertad de acción dejan al sujeto, en estos casos la conciencia moral quedara un tanto suprimida.

Ahora bien, como resultado del juicio de valor que efectúa la conciencia moral sobre los actos del propio individuo, se conduce lo siguiente:

· A un sentimiento de culpa
· A un remordimiento
· A un arrepentimiento.

Esto puede llevar a un castigo, un auto castigo, o a una acción interna
En este campo intervienen una serie de elementos a los cuales se les ha dado en llamar PUENTES DE LA MORALIDAD, que constituyen la conformidad o disconformidad con la recta razón que dirige al acto humano.

Continuamente emitimos juicios sobre el comportamiento y los actos de los demás. Con frecuencia, nos convertimos en jueces de los demás, y nos pronunciamos sobre la honestidad o la deshonestidad del comportamiento ajeno.

En otras ocasiones intentamos dar razones que convenzan a las personas que nos rodean de que nuestros actos han tenido que realizarse así y no de otra manera.

EJERCICIO:

a) Lorena le mintió a sus Papás
b) Está en lo correcto
c) No está bien mentirle a los papás
d) Cada cual hace lo que puede
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a) El atentado terrorista a las torres gemelas de Nueva York mató a miles de personas
b) Fue una acción correcta
c) Es el acto terrorista más negativo y repulsivo
d) Las venganzas a través del terrorismo son venganzas políticas


En cada uno de los bloques anteriores consta de cuatro juicios. Las expresiones precedidas por la letra a de estos ejercicios no son juicios morales. Las expresiones precedidas por las letras b, c, y d, sí son juicios morales.

Decir Lorena mintió a sus Papás no es más que expresar un hecho acontecido, del que podemos tener cierta constancia. Es, por tanto, un juicio de experiencia (empírico), si lo hemos comprobado. Puede incluso, ser falso, por razón de que Lorena no haya mentido, pero, en cualquier caso, es un juicio que se refiere exclusivamente a un hecho que ha podido ocurrir o no. Decir el atentado terrorista a las torres gemelas de Nueva York, mató a miles de personas, es un hecho comprobado, nos lo han transmitido los testigos y sobrevivientes del suceso, lo han documentado los medios masivos de comunicación, lo ha verificado el gobierno, etc., este juicio se refiere a un hecho ocurrido.

Los juicios b, c y d no se refieren a juicios ocurridos, sino a la consideración que para nosotros tienen tales hechos.

¿Cómo son posibles los juicios morales?, ¿Qué es lo que hace que en un momento determinado podamos pronunciarnos sobre la bondad o maldad de un acto?,
Se puede afirmar que los juicios morales son posibles por el Sentido Moral. Es el conjunto de esquemas, normas y reglas que hemos adquirido a través de nuestra educación, familia y medio ambiente, y que mantenemos en el momento de emitir un juicio moral, si revisamos nuestra propia historia individual, podremos recordar, con facilidad, lo que a lo largo de ella se nos ha trasmitido, un conjunto de reglas o normas morales, pautas de conducta. ¿Pero quién nos las ha trasmitido?. En primer lugar, nuestra familia, luego, las instituciones educativas en las que hemos estado, también la propia sociedad en la que vivimos y de la que dependemos.
Se nos ha dicho continuamente lo que es bueno y lo que es malo, o, lo que, nuestros educadores consideraban bueno o malo, ante este aprendizaje y, ante esas normas de conducta hemos podido tener tres actitudes:

· Rechazo
· Indiferencia
· Aceptación.

Rechazo, cuando la norma o normas que se nos han trasmitido no nos han convencido y, tras un razonamiento y una crítica, hemos decidido olvidarlas, rechazo también, cuando por cansancio o saturación hemos, sin más, prescindido de ellas. Rechazo, también, cuando las hemos sustituido por otras.
Indiferencia, cuando la norma o regla no nos dice nada, y volvemos la espalda a su contenido. No es un rechazo efectivo, pero tampoco una aceptación consciente.
Aceptación, cuando esa norma o normas, constituyen lo que podríamos llamar nuestro equipaje moral. El conjunto de reglas que hemos mantenido, conservado, con las que crecemos, caminamos por la vida y que constituyen lo que en un principio hemos llamado sentido moral