jueves, 24 de abril de 2008

AVISO

Próxima clase

Miercoles 30 de Abril.

Prueba Evaluación de contenidos.

LA ÉTICA COMUNICATIVA ( HABERMAS)

Habermas intenta ofrecer una fundamentación racional de la ética.

La suya es una ética formal, aún más procedimental que la kantiana.

Lo que da validez a una norma es el procedimiento por el que se llega a ella.

Se trata de una ética mínima, pues no establece normas, sino que comprueba su validez

Su punto de partida no es la conciencia moral sino el hecho de la comunicación.

En el proceso de la comunicación, hablante y oyente comparten implícitamente nociones morales. En toda comunicación se presuponen las bases de un comportamiento justo y correcto.

Toda comunicación aspira al acuerdo, es decir, al entendimiento y al “ponerse de acuerdo”.

Cuando hablamos con otras personas, presuponemos que nos están diciendo la verdad.

En el discurso la fuerza del argumento vale más que el argumento de la fuerza. El discurso debe ocurrir en una situación ideal de habla. Es decir, una comunicación en la que todos participarían libremente y sin el obstáculo de la coacción.

Todos podrían intervenir, y todos podrían argumentar, criticar, justificar. Habrá simetría e igualdad entre los participantes. Si alguno de estos rasgos no se da, podría decirse que el acuerdo no es válido. En el discurso deben participar todos los que se puedan ver afectados por las decisiones que se tomen en el mismo, de forma que se garantice la presencia de todos los intereses.



LA ÉTICA UTILITARISTA de John Stuart Mill.

En la ética sostuvo el criterio utilitarista de buscar el máximo bienestar del mayor número de individuos, la felicidad general (General Happiness) como criterio y fin de la moralidad, apelando al sentido común de los seres humanos para ser tenido como principio y guía de la acción.

Esta doctrina ética sostiene que la felicidad de los individuos, de cada uno, depende de la de los demás.

En la medida en que logro la felicidad de los demás consigo también la propia, de manera que para un individuo resulta útil lograr la felicidad del conjunto en el que se encuentra inmerso.

Buscar lo útil consiste en ser práctico, valorar las cosas de manera distinta según el uso que se haga de ellas.

Un cuchillo en sí mismo no es ni bueno ni malo, resultará bueno si le sirve al conjunto de los individuos para cortar pan o tallar madera y malo si lo utilizan para matarse.

Por tanto, lo malo es lo inútil para conseguir la felicidad y lo bueno es lo útil para lograrla. No es correcto decir que un cuchillo puede ser útil para matar, ya que el utilitarista, reserva el calificativo de útil, tan sólo para aquello que, manejado de determinada manera, proporciona bienestar al mayor número.

La religión o la energía atómica no son ni buenas ni malas, no puede establecerse para siempre la bondad o maldad de algo, sino que depende, en cada caso, de los resultados prácticos.

Resultará, las más de las veces, que el utilitaristas calificará a las cosas, vinculadas siempre a conductas, de buenas si resultan beneficiosas y malas si resultan perjudiciales; resultando algunas de ellas buenas y malas a un mismo tiempo, al depender de la utilización que se haga de ellas.

Así, la energía atómica es buena (útil, benéfica) en la medida en que proporciona iluminación a las grandes ciudades y mala (perjudicial) en la medida en que permite fabricar bombas atómicas o desechar residuos radiactivos al mar.

ÉTICA DEL DEBER

Immanuel Kant. Sus escritos sobre ética se caracterizan por un incondicional compromiso con la libertad humana, con la dignidad del hombre y con la concepción de que la obligación moral no deriva ni de Dios, ni de las autoridades y comunidades humanas ni de las preferencias o deseos de los agentes humanos, sino de la razón.

El Contexto Crítico

Esta filosofía es ante todo crítica en sentido negativo.

De acuerdo con su concepción, nuestra reflexión ha de partir de una óptica humana, y no podemos pretender el conocimiento de ninguna realidad trascendente a la cual no tenemos acceso.

Las pretensiones de conocimiento que podemos afirmar deben ser por lo tanto acerca de una realidad que satisfaga la condición de ser objeto de experiencia para nosotros.

La cuestión central en torno a la cual dispone Kant su doctrina ética es la de «¿qué debo hacer?».

Kant intenta identificar las máximas, o los principios fundamentales de acción, que debemos adoptar.

En su ética no introduce pretensión alguna sobre una realidad moral que vaya más allá de la experiencia ni otorga un peso moral a las creencias reales.

Rechaza tanto el marco realista como el teológico en que se habían formulado la teoría del derecho natural.

La Buena Voluntad

De acuerdo a la ética de Kant, sólo la buena voluntad es absolutamente buena en tanto que no puede ser mala bajo ninguna circunstancia.

"La buena voluntad no es buena por lo que se efectúe o realice, no es buena por su adecuación para alcanzar algún fin que nos hayamos propuesto, es buena solo por el querer, es decir, es buena en sí misma".


EJERCICIO.


1. Imaginemos que una persona se ahogando en el río, hago todo lo posible por salvarla pero no lo logro. La persona muere, de todas formas.


2. Imaginemos ahora que hago todo lo posible por salvarla y que tengo éxito, salvando su vida.

3. Imaginemos la tercera posibilidad: la persona se está ahogando y yo la atrapo por casualidad mientras pesco con una gran red.


¿Cuál es el valor moral de cada uno de estos posibles actos imaginados?

La tercera posibilidad carecería de valor moral porque ocurre sin intencionalidad. Moralmente no es ni buena ni mala, simplemente neutra. Los otros dos actos son moralmente buenos y tienen el mismo valor, en tanto que la buena voluntad es buena en sí misma.

El Deber

El deber refiere a que la 'buena voluntad', bajo ciertas limitaciones, no puede manifestarse por sí sola.

El hombre, no es un ente puramente racional, sino que también es sensible.

Kant observará que las acciones del hombre en parte están determinadas por la razón pero existen también 'inclinaciones' como el amor, el odio, la simpatía, el orgullo, la avaricia, el placer, etc., que también ejercen su influencia.

El hombre reúne en su juego la racionalidad y las inclinaciones, la ley moral y la imperfección subjetiva de la voluntad humana. Entonces, la buena voluntad, se manifiesta en cierta tensión o lucha con estas inclinaciones, como una fuerza que parece oponerse. En la medida que el conflicto se hace presente, la buena voluntad se llama deber.


Si una voluntad puramente racional sin influencia alguna de las inclinaciones fuese posible, sería para Kant, una voluntad santa (perfectamente buena).

De esta forma, realizaría la ley moral de modo espontáneo, esto es, sin que conforme una obligación. Para una voluntad santa, el 'deber', carecería entonces de sentido en tanto que el 'querer' coincide naturalmente con el 'deber'.

Pero en el hombre, ley moral, suele estar en conflicto con sus deseos.

Se distinguen así tres tipos de actos:

a. Actos contrarios al deber: En el ejemplo de la persona que se está ahogando en el río. Supongamos que disponiendo de todos los medios necesarios para salvarlo, decido no hacerlo, porque le debo dinero a esa persona y su muerte me librará de la deuda. He obrado por inclinación, esto es, no siguiendo mi deber sino mi deseo de no saldar mi deuda y atesorar el dinero.

b. Actos de acuerdo al deber y por inclinación mediata: El que se ahora en el río es mi deudor, si muere, no podré recuperar el dinero prestado. Lo salvo. En este caso, el deber coincide con la inclinación. En este caso se trata de una inclinación mediata porque el hombre que salva es un medio a través del cual conseguiré un fin (recuperar el dinero prestado). Desde un punto de vista ético, es un acto neutro (ni bueno ni malo).

c. Actos de acuerdo al deber y por inclinación inmediata: Quien se está ahogando es alguien a quien amo y por lo tanto, trato de salvarlo. También el deber coincide con la inclinación. Pero en este caso, es una inclinación inmediata porque la persona salvada no es un medio sino un fin en sí misma (la amo). Pero para Kant, este es también un acto moralmente neutro.

d. Actos cumplidos por deber: El que ahora se ahoga es un ser que me es indiferente... no es deudor ni acreedor, no lo amo, simplemente, un desconocido. O pero aún, es un enemigo, alguien que aborrezco y mi inclinación es desear su muerte. Pero mi deber es salvarlo y lo hago, contrariando mi inclinación. Este es el único caso en que Kant considera que se trata de un acto moralmente bueno, actos en los que se procede conforme al deber y no se sigue inclinación alguna.



El Imperativo Categórico

El valor moral de una acción, no reside en aquello que se quiere lograr, no depende de la realización del objeto de la acción, sino que consiste única y exclusivamente en el principio por el cual ésta se realiza, alejando la influencia de cualquier deseo.

El principio por el cual se realiza un acto es llamado por Kant, 'máxima' de la acción, es decir, el principio o fundamento subjetivo del acto, el principio que de hecho me lleva a obrar.

En esta línea, Kant formula el imperativo categórico:

Obra según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal

De esta forma, obraremos moralmente solo cuando podamos desear que nuestro deseo sea válido para todos. Así, lo que se pretende es eliminar las excepciones, siendo igualmente válida para todas las personas.

ÉTICA DE BIENES

La Ética de bienes comienza afirmando que toda acción humana se realiza en vistas a un fin, y el fin de la acción es el bien que se busca. El fin, por lo tanto, se identifica con el bien. Pero muchas de esas acciones emprendidas por el hombre son un "instrumento" para conseguir, a su vez, otro fin, otro bien. Por ejemplo, nos alimentamos adecuadamente para gozar de salud, por lo que la correcta alimentación, que es un fin, es también un instrumento para conseguir otro fin: la salud.


La Felicidad
Aristóteles nos dice que la felicidad es el bien último al que aspiran todos los hombres por naturaleza. La naturaleza nos impulsa a buscar la felicidad, una felicidad que Aristóteles identifica con la buena vida, con una vida buena. Pero no todos los hombres tienen la misma concepción de lo que es una vida buena, de la felicidad: para unos la felicidad consiste en el placer, para otros en las riquezas, para otros en los honores, etc.

Virtud
Cada sustancia tiene una función propia que viene determinada por su naturaleza; actuar en contra de esa función equivale a actuar en contra de la propia naturaleza; una cama ha de servir para dormir, por ejemplo, y un cuchillo para cortar: si no cumplen su función diremos que son una "mala" cama o un "mal" cuchillo. Si la cumplen, diremos que tienen la "virtud" (areté) que le es propia: permitir el descanso o cortar, respectivamente; y por lo tanto diremos que son una "buena" cama y un "buen" cuchillo. La virtud, pues, se identifica con cierta capacidad o excelencia propia de una sustancia, o de una actividad (de una profesión, por ejemplo).

Del mismo modo el hombre ha de tener una función propia: si actúa conforme a esa función será un "buen" hombre; en caso contrario será un "mal" hombre. La felicidad consistirá por lo tanto en actuar en conformidad con la función propia del hombre.

martes, 15 de abril de 2008

EL ENFOQUE DE LA LEY NATURAL

De acuerdo con este enfoque, existen siete valores fundamentales que se identifican con la esencia del ser humano.

1. La vida Respeto a todo lo que tiene vida (humana, vegetal, etc.).

2. La amistad Amor al prójimo.

3. El conocimiento Derecho a la instrucción.

4. Belleza Participación en lo que uno considera bello y alimenta el espíritu.

5. Alegría Tener buen ánimo

6. Religión Participación activa de la espiritualidad y purificación del alma.

7. Racionalidad práctica Ejercicio de una vida consecuente en la búsqueda de los valores fundamentales.
Toda persona esta llamada al compromiso con estos valores fundamentales. De dicho compromiso se derivan cuatro principios (éticos) de justicia personal a seguir por todo hombre:


a. No contrariedad No actuar directamente en contra de un valor fundamental.

b. Libertad A mayor libertad mayor es el compromiso con los valores fundamentales.

c. Reacción Toma de medidas para evitar acciones contrarias a estos valores.

d. Bien común Contribuir al bien común facilitando la participación de los demás de los valores fundamentales.

Estos principios son independientes de la cultura y tradición en la que se esta inserto.





RACIONALIDAD ETICA


La ética es una consecuencia de la razón. Sólo la razón da válida cabida al discurso ético.

Las preferencias éticas son elegidas racionalmente con.

Además, la racionalidad ética se concreta en el principio de responsabilidad.

FORMULACION DE LOS PRINCIPIOS MORALES

El razonamiento moral culmina con la formulación de principios éticos.

El juicio moral es el acto mental que afirma o niega el valor moral frente a una situación o comportamiento. Por medio del juicio moral se pretende la búsqueda de la verdad.

El juicio moral se pronuncia sobre la presencia (o ausencia) de un valor ético, en una situación o comportamiento concreto.

Los principios morales se entienden como direcciones del valor. Es decir, lo que quieras para ti, hazlo a los demás.


Los principios éticos orientan y dirigen al sujeto.


Toda persona necesita conocer los límites precisos de respetar. Para ello utiliza mediaciones (valores morales) que se apliquen al comportamiento concreto.

CONCIENCIA

Es aquella capacidad moral de la persona que le dice subjetivamente lo que es bueno y malo, y que le manifiesta su obligación moral.

Es un juicio de la razón por el que la persona reconoce la calidad moral de un acto concreto. La conciencia bien formada es recta y veraz; formula sus juicios según la razón, conforme al bien.

LA FUNDAMENTACION ETICA

Las categorías básicas que permiten la elaboración de un pensamiento ético son la Libertad y la Responsabilidad

1. La Libertad Ética

La capacidad del hombre de asumir la dirección de su vida, y de ejercer esta capacidad en una acción concreta, lo determina como hombre libre y en cuanto libre, un sujeto ético.

Para que haya una acción moral, es necesario que junto a la acción voluntaria (libertad de voluntad) haya una elección (libertad de elección o libre albedrío).

La libertad por lo tanto, no es una acción física sino una cuestión moral (es intrínseca a la acción moral) y en el ámbito de la moral no solo hay libertad, sino que, no puede no haberla.

La libertad moral es la posibilidad de ejercer una acción moral.
No consiste solo en la posibilidad de elegir, sino que en la medida de esa elección, que contribuya al crecimiento verdadero de la persona.

Esa elección no solo se refiere al enfrentamiento de posibilidades elegibles, sino además, significa una elección sobre sí misma a favor o en contra del bien o de la verdad.

Libertad es la es la facultad de disponer de si mismo; de obrar (o no obrar) por sí mismo acciones deliberadas.
Estas alcanzan su perfección cuando se realizan en virtud del bien supremo.
Caracteriza los actos propiamente humanos, hacer al ser humano responsable de los actos de que es actor voluntario .

2. La Responsabilidad

La responsabilidad significa la ejecución reflexiva de los actos, ponderando las consecuencias del bien y mal.

El derecho al ejercicio de la libertad es una exigencia inseparable de la dignidad del hombre.

Estructura antropológica de la moralidad

Una de las maneras de expresar gráficamente la trama de relaciones que se dan entre los ACTOS, LOS HABITOS, EL MODO DE SER, etc. del ser humano, que conforman la estructura de la moralidad, podría ser una figura concéntrica donde, manteniendo un orden 'por capas', los números 1, 2, 3, 4 representen los estratos siguientes, dejando el número 1 al centro, como núcleo generador:


4. Los ACTOS

3. Los HABITOS

2. El MODO DE SER - CARACTER - MORADA - PERSONALIDAD

1. El YO INTIMO, LIBRE y PERSONAL.




4. Los ACTOS son la expresión de los Hábitos, brotan de los Hábitos; a su vez, son los que crean los Hábitos.


3. Los Hábitos son engendrados por la repetición de actos. Los Hábitos cumplen una función dual:



Por una parte, crean pautas conductuales que, en el fondo, parecen automatizar al hombre; por ello es inevitable observar un dejo de mecanicismo que condiciona la libertad y puede crear una malla de conductas que se podría caracterizar como 'rutina'.



Por otro lado, si bien es cierto que tienen la tendencia a mecanizar o rutinizar las conductas del hombre, pueden también representar, por lo mismo, una ayuda o apoyo, en el sentido de que al automatizar las acciones más triviales o accesorias, necesarias para la sobrevivencia (a saber: hábitos de responsabilidad en el trabajo, en el estudio, etc.), permiten al hombre quedar más libre para lo que sea importante: pensar, crear, etc.


2. El MODO DE SER - CARACTER - MORADA - PERSONALIDAD: El carácter es la síntesis de los Hábitos y Actos, que al fraguarse o sedimentarse, forman, a su vez, el carácter o modo de ser.


1. El Yo Personal, íntimo, es la esfera de la libertad espiritual en donde se gestan aquellas respuestas que pueden, si así se estima, saltarse los hábitos y el modo de ser, para actuar bien o mal. Es el lugar en donde germinan las acciones y actitudes nuevas, según la presión del medio interior (conciencia moral) o medio exterior (sociedad, costumbres, etc.). En el fondo, aquí es donde se muestra en toda su profundidad la complejidad del ser humano.


Dos perspectivas, por tanto, son posibles sobre nuestro yo. Bajo una perspectiva centrípeta vemos cómo nuestros ACTOS se van sedimentando en HABITOS que, estructurados íntimamente, 'nos hacen llegar a ser aquello que hacemos o hicimos'. Bajo una perspectiva centrífuga, por el contrario, veremos cómo nuestro carácter, nuestra personalidad moral o modo de ser adquirido o segunda naturaleza, intenta manifestarse al exterior por medio de actos libremente elegidos, a espaldas o en contra muchas veces del determinismo o automatismo impuesto o propiciado por los HABITOS.


Así pues, para completar el gráfico con que hemos pretendido representar los tres niveles de la vida moral, debemos dibujar un cuarto círculo concéntrico dentro del más pequeño, el del carácter. Sería el círculo del YO, del ESPIRITU LIBRE, capaz en un momento dado de la vida, de remontarse y saltar sobre la barrera del carácter y de los hábitos y alumbrar un acto absolutamente nuevo, original, indeterminado: libre.


La posibilidad de actos como el arrepentimiento y la conversión no tendrían otra explicación que la posibilidad de escapar al determinismo de la segunda naturaleza.

INTRODUCCIÓN

Al estudiar la temática de la moral, pronto descubrimos la existencia de un tipo particular de valores, denominados valores morales. Los cuales poseen inmensa importancia, pues su aparición implica una diferencia radical entre el actuar del hombre y el de los demás seres animados.

Es posible establecer que la conciencia moral, la libertad y la responsabilidad se transforman en el fundamento básico y necesario de la vida humana.

Todo ello, por supuesto en un ambiente social, que es el único propicio para la realización del hombre.


Se hace imprescindible entonces conocer y comprender los fundamentos de la vinculación que surge entre vida humana, valores y sociedad.


La Ética busca descubrir, clarificar y comprender las relaciones que se establecen entre el actuar humano, los valores y las normas morales que se gestan y desarrollan en la vida social.

Desde que el hombre se agrupa en sociedades tuvo la necesidad de desarrollar una serie de reglas que le permitieran regular su conducta frente a los otros miembros de la comunidad.

De manera que la moral es una constante de la vida humana.

Los hombres no pueden vivir sin normas y valores.

Es por esto que se ha caracterizado al hombre como un "animal ético". Sólo el hombre puede dirigirse hacia el futuro. Sólo él puede formarse una idea de un estado de cosas más deseable y poner luego los medios necesarios para llevarlo a la realidad.

El hombre puede protestar, ir al paro, manifestarse o sublevarse, con una visión de un estado de cosas que 'debiera ser'.

Los demás animales sólo pueden morder, arañar, golpear o huir . Si se prescinde de este aspecto de la experiencia humana que es lo moral, se tendrá una imagen que es bastante incompleta o fragmentaria del hombre y su cultura.


En un resumen preliminar, podemos apreciar que la importancia de la Ética nace por su preocupación principal, que nos atañe directamente: la actividad humana, en tanto actividad regida por principios ajenos a la determinación y necesidad que existe en el resto de los seres que pueblan la tierra. Principios que hemos de denominar valores morales.

ORIGEN

Los griegos utilizaban dos términos distintos para referirse a lo que nosotros llamamos ética, y otro a la nosotros llamamos costumbre.

Por un lado, el término “éthos” designaba a lo que en castellano nos referimos a las costumbres o los hábitos automáticos.

Mientras que con el vocablo “eéthos” se referían al concepto de Modo de Ser, carácter o predisposición permanente para hacer lo bueno.

De este último término proviene lo que conocemos como ética.

Entonces el concepto clásico de lo que significa ETICA es “La manera de actuar, coherente, constante y permanente del hombre para llevar a cabo lo bueno”.

Los latinos sustituyen la palabra eéthos y ethos y la reemplazan por “Moralitas” que significó el modo de ser o la predisposición propia de cada uno en lo que tiene que ver como lo bueno, como las conductas acostumbradas o de hecho.